El nombre de este delicioso pastelito de origen anglosajón, viene del color marrón oscuro que le da el chocolate.
Aunque puede utilizarse cualquier fruto seco, a mí, me gusta particularmente, hecho con nueces y acompañado de unas natillas caseras, muy sencillas de hacer, decorándolo después por encima con un poco de salsa de chocolate.
Los amantes del chocolate disfrutarán con este postre que es bastante contundente.
INGREDIENTES:
Para el brownie de
chocolate:
·
150 g de cobertura de chocolate
·
150 g de azúcar
·
60 g de harina
·
2 huevos
·
150 g de mantequilla
·
70 g de nueces peladas y picadas
Para las natillas de
huevo:
·
½ l de leche
·
1 trozo de canela
·
1 piel de limón
·
6 yemas de huevo
·
30 g de harina de maíz
·
75 g de azúcar
Para la salsa de
chocolate:
·
50 g de cobertura de chocolate negro
·
35 ml de leche
·
10 g de azúcar glas
·
10 g de mantequilla
ELABORACIÓN:
Para el brownie:
Separamos las yemas de las claras con mucho cuidado
de que no caiga nada de yema en las claras y las reservamos por separado.
A continuación derretimos la cobertura de chocolate
en un recipiente al baño Mª.
Una vez que está derretida, añadimos el azúcar, las
yemas y la mantequilla y removemos bien con una varilla.
Cuando se haya integrado
todo lo apartamos del fuego y sacamos el recipiente del agua caliente.
No debe permanecer más tiempo del necesario, sino las
yemas se cuajarán.
Montamos las claras a punto de nieve y las añadimos
a la mezcla anterior.
Con una espátula integramos con movimientos lentos
y ascendentes.
Tamizamos la harina y la añadimos lentamente, en modo
de lluvia, removiendo con la espátula del mismo modo para evitar que se bajen
las claras.
Para terminar incorporamos las nueces picadas y las repartimos por toda la masa.
Tomamos un molde rectangular y lo encamisamos
(untamos el fondo y bordes con
mantequilla y después lo enharinamos ligeramente)
Repartimos en él la masa y horneamos a 180º 25
minutos con la placa de horno a media altura.
Una vez frío lo cortamos en cuadritos de tamaño
regular.
Para las natillas de
huevo:
Apartamos una tacita de leche en la que disolvemos
la harina de maíz y la reservamos.
A continuación aromatizamos la leche restante, poniéndola
a hervir en un recipiente, con la rama de canela y la piel de limón.
En cuanto hierva, retiramos la ramita de canela y
la piel, dejando que se entibie la leche.
Mezclamos en otro cazo, las yemas con el azúcar y
le añadimos la leche aromatizada tibia.
Ponemos a fuego suave, sin dejar de remover, con una
varilla y cuando tome algo de calor, añadimos la tacita de leche con la
harina de maiz
Cocemos durante 5 minutos, a fuego muy lento, sin
dejar de remover en todo momento con la varilla, porque corre riesgo de pegarse
en el fondo, hasta que comprobemos que se ha formado una crema ligera y suave.
Apartamos y volcamos, o bien en platos individuales, o en un solo recipiente con idea de apartar después.
Conservamos en la nevera, tapada con un film
transparente, para evitar que se seque en la superficie y forme capa, hasta el momento de
servirla.
Para la salsa de
chocolate:
Derretimos la cobertura de chocolate al baño Mª.
En un recipiente calentamos la leche con el azúcar
y le añadimos el chocolate ya derretido.
Mezclamos bien y ya fuera del fuego le añadimos la
mantequilla y la integramos.
Decoraremos con ella cuando esté fría.
Decoraremos con ella cuando esté fría.
Emplatamos:
Tomamos unos platos y colocamos un cacillo de natillas bien fría en el fondo. Colocamos en el centro del mismo sobre la natillas un trocito de brownie y le ponemos por encima la salsa de chocolate al
gusto.
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